
*Con parte de sus ahorros, Gerardo Ixcoy, compró una bicicleta y la adaptó con pizarrón para dar clases en las casas de sus alumnos que viven lejos de la escuela
Guatemala. – A partir de que las clases presenciales se suspendieron en el país en el mes de marzo por la pandemia, el profesor guatemalteco decidió comprar una bicicleta y adaptarla como un triciclo con pizarrón, para poder visitar a sus alumnos.
El profesor mejor conocido como “El profe Lalito”, recorre a diario varios kilómetros para ir de casa en casa de sus 10 alumnos en el municipio de Santa Cruz del Quiché, a 150 kilómetros de la Ciudad de Guatemala.
“Al principio la gente se burlaba de mi y de mi triciclo”, relata el profesor a la agencia EFE. “Llegaban a pedirme comida porque creían que era un puesto ambulante de comida. Cuando les explicaba que me dirigía a dar clases, se reían extrañados” aseguró.
Hoy, meses después de que las clases presenciales se suspendieran por el COVID-19, Ixcoy es reconocido cuando va con su bicicleta adaptada, en la que recorre decenas de kilómetros para llegar a casa de sus estudiantes.
Lo primero que hace el profesor de 27 años al llegar a una casa, es levantar a sus alumnos de sus sillas con ejercicios; los hace saltar y moverse mientras combina ejercicios de matemáticas y de lenguaje, “La música ayuda a los niños a involucrarse” afirmó.
“Las familias de varios alumnos no tienen dinero para pagar internet”, describe el profesor sobre la situación en su país, en el que el 59 por ciento de la población vive bajo el umbral de pobreza según datos oficiales.
*Con parte de sus ahorros, Gerardo Ixcoy, compró una bicicleta y la adaptó con pizarrón para dar clases en las casas de sus alumnos que viven lejos de la escuela
Guatemala. – A partir de que las clases presenciales se suspendieron en el país en el mes de marzo por la pandemia, el profesor guatemalteco decidió comprar una bicicleta y adaptarla como un triciclo con pizarrón, para poder visitar a sus alumnos.
El profesor mejor conocido como “El profe Lalito”, recorre a diario varios kilómetros para ir de casa en casa de sus 10 alumnos en el municipio de Santa Cruz del Quiché, a 150 kilómetros de la Ciudad de Guatemala.
“Al principio la gente se burlaba de mi y de mi triciclo”, relata el profesor a la agencia EFE. “Llegaban a pedirme comida porque creían que era un puesto ambulante de comida. Cuando les explicaba que me dirigía a dar clases, se reían extrañados” aseguró.
Hoy, meses después de que las clases presenciales se suspendieran por el COVID-19, Ixcoy es reconocido cuando va con su bicicleta adaptada, en la que recorre decenas de kilómetros para llegar a casa de sus estudiantes.
Lo primero que hace el profesor de 27 años al llegar a una casa, es levantar a sus alumnos de sus sillas con ejercicios; los hace saltar y moverse mientras combina ejercicios de matemáticas y de lenguaje, “La música ayuda a los niños a involucrarse” afirmó.
“Las familias de varios alumnos no tienen dinero para pagar internet”, describe el profesor sobre la situación en su país, en el que el 59 por ciento de la población vive bajo el umbral de pobreza según datos oficiales.
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