*Autoridades aseguran que el pastor alemán comenzó con problemas respiratorios; su dueño también fue diagnosticado con coronavirus.
Estados Unidos. – “Buddy” un pastor alemán de 7 años fue el primer perro diagnosticado con COVID-19 en Estados Unidos en Nueva York, y sus dueños lamentan que no se haya dedicado tiempo, para investigar los efectos del virus en los animales.
La mascota comenzó a tener problemas respiratorios a mediados de abril, de acuerdo a sus propietarios; para esta fecha, su dueño, quien había estado padeciendo los síntomas del virus durante semanas, también arrojó positivo a coronavirus, mientras que el animal desarrolló una mucosidad espesa en su naríz y comenzó a respirar forzadamente.
La familia de Buddy, recordó que fue dificil encontrar un veterinario que le hiciera la prueba del virus, lo que tomó un mes, mientras que su salud contiuaba deteriorándose. Había perdido peso y estaba letárgico.
El perro fue tratado con antibióticos y luego esteroides al desarrollar un murmullo en su corazón; finalmente encontraron una clínica veterinaria que aceptó realizar la prueba a la mascota y arrojó resultados positivos; una prueba realizada cinco días después mostró que Buddy ya no tenía el virus en el sistema y había desarrollado anticuerpos, confirmando que si tuvo COVID-19, pero su condición continuó empeorando y tenía problemas para caminar, posteriormente murió.
*Autoridades aseguran que el pastor alemán comenzó con problemas respiratorios; su dueño también fue diagnosticado con coronavirus.
Estados Unidos. – “Buddy” un pastor alemán de 7 años fue el primer perro diagnosticado con COVID-19 en Estados Unidos en Nueva York, y sus dueños lamentan que no se haya dedicado tiempo, para investigar los efectos del virus en los animales.
La mascota comenzó a tener problemas respiratorios a mediados de abril, de acuerdo a sus propietarios; para esta fecha, su dueño, quien había estado padeciendo los síntomas del virus durante semanas, también arrojó positivo a coronavirus, mientras que el animal desarrolló una mucosidad espesa en su naríz y comenzó a respirar forzadamente.
La familia de Buddy, recordó que fue dificil encontrar un veterinario que le hiciera la prueba del virus, lo que tomó un mes, mientras que su salud contiuaba deteriorándose. Había perdido peso y estaba letárgico.
El perro fue tratado con antibióticos y luego esteroides al desarrollar un murmullo en su corazón; finalmente encontraron una clínica veterinaria que aceptó realizar la prueba a la mascota y arrojó resultados positivos; una prueba realizada cinco días después mostró que Buddy ya no tenía el virus en el sistema y había desarrollado anticuerpos, confirmando que si tuvo COVID-19, pero su condición continuó empeorando y tenía problemas para caminar, posteriormente murió.
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